Coyoacán, Ciudad de México. – Total elocuencia, libertad y creatividad eran algunas cualidades de Salvador Novo, artista que, como ocurre con importantes figuras de la historia y cultura y mexicana, encontraron en Coyoacán además de un hogar, un espacio prolífico para ejercer su quehacer artístico e intelectual.

Frida Kahlo, Diego Rivera, Emilio “El Indio” Fernández, Dolores del Río, Octavio Paz, Salvador Elizondo, León Trotsky, fueron algunos personajes famosos que habitaron pocos o muchos años en Coyoacán.

A esa lista se suma Salvador Novo López, poeta, escritor, traductor, dramaturgo, presentador de televisión, empresario y cronista oficial de la Ciudad de México, que, además, era abiertamente gay. Su antigua casa está ubicada en la Colonia Barrio Santa Catarina en la Alcaldía Coyoacán.

Este escritor, que obtuvo en 1967 el Premio Nacional de Literatura, fue muy destacado en la dramaturgia, con obras memorables como: “El Sofá”, “El Espejo Encantado” y “Ha Vuelto Ulises”. Como cronista, resaltan sus textos: “México, Breve historia de Coyoacán (1962)”, “La Ciudad de México en 1867”, así como “Historia y leyenda de Coyoacán” (1971).

Coyoacanense por 33 años

Novo se mudó a Santa Catarina en 1941, y durante 33 años habitó esa casa, hasta su muerte, en 1974. Como era de esperarse, en vida el artista recibía a muchos personajes importantes del medio cultural, como un muy querido anfitrión.

En esos ayeres, la casa tenía un nivel, construido a principios del siglo XX. Luego se edificó otro arriba que lucía amplios ventanales desde donde se podía ver la colonial calle, como indica el catálogo de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Fue en 1968 que el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, nombró “Salvador Novo” a la calle donde se ubicaba la casa del escritor, que anteriormente se llamaba Santa Rosalía y que hace esquina con la avenida Francisco Sosa.

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Se sabe que, en 1979, Antonio López Mancera era propietario de la casa y que en 1997 se vendió a un nuevo dueño cuyo nombre no se hizo público y quien demolió la obra. En la actualidad, del inmueble solo queda la barda perimetral original y el letrero que dice: “Casa y calle de Salvador Novo“, ubicándose dentro de la Zona de Monumentos Históricos en la Delegación Coyoacán.

No se acabó el legado

Si bien la casa de Salvador Novo se perdió en el tiempo y solo queda la barda, el letrero y la memoria de su construcción, en Coyoacán, el artista también dejó un inmueble que inauguró en 1953 como un teatro al que nombró La Capilla, un foro que lejano a los grandes teatros, tenía menos de 100 butacas, en donde ejerció una de sus grandes pasiones.

Actualmente, con varios cambios, este espacio sigue cumpliendo su misión, ubicándose por supuesto en Coyoacán, en la calle de Madrid 13. Así Salvador Novo como buen coyoacanense, sigue estando más vivo que nunca.