Coyoacán, Ciudad de México.-Caminar por las calles de Coyoacán, sus pueblos y barrios históricos, es hacerlo por hermosos paisajes arquitectónicos. En ese crisol, si se mira con detenimiento, el paseante podrá hallar a una serie de guardianas, como son las Vírgenes, protectoras de hogares, tiempo y memoria.
Es difícil no ceder a sus encantos, al cariño con el que los coyoacanenses honran su imagen, con flores naturales o artificiales, veladoras. Lo hacen con el saludo implícito de todas las mañanas, o con la persignación. Con un “¡Vamos, otro día más!”, “Santa María, ruega por nosotros”.
Otras Vírgenes quizás no tengan flores a los pies. Pero las tienen en las copas de los árboles, en la primavera o el verano, y los rezos, en el trinar de las aves y los rayos del Sol al horizonte y sobre el cielo.
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En Avenidas como Presidente Carranza, que va desde Santa Catarina hasta la Conchita, hay varias de ellas, pero no es la única vía en donde existen. Se les deja ver en calles escondidas y callejones guardadores de secretos. Incluso en la calle Ave María, de Santa Catarina, es presagio encontrar una de ellas mirando, como guerrera perpetua desde un pedestal de piedra antiguo.
Zona de monumentos Históricos
Tal como refrenda el Decreto de Monumentos históricos (1990), la región donde se ubica actualmente Coyoacán, en la época prehispánica, fue asiento de grupos indígenas que formaron parte del territorio de México-Tenochtitlan. La zona, fue proyectada en la primera mitad del siglo XVI, conservando elementos del antiguo trazo prehispánico.
Tras la invasión española fue capital de la Nueva España y sede del Primer
Ayuntamiento de la Ciudad de México hasta 1524. Gracias a sus riquezas naturales, potencial económico y situación geográfica, a partir de 1529 fue elegido por Hernán Cortés para formar parte de su marquesado. En 1847 fue escenario, con las pequeñas poblaciones de su jurisdicción, de las heroicas acciones militares en defensa de la soberanía nacional en la lucha contra la invasión norteamericana, destacándose, dentro de éstas, la batalla de Churubusco.
El documento refiere que Coyoacán posee características urbano-arquitectónicas sobresalientes que lo distinguen, razón por la cual el 5 de octubre de 1934, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Decreto, por el que se declaró Zona Típica y Pintoresca del Distrito Federal, por la importancia que reviste para nuestra historia y tradición. Las características formales de la edificación en la zona, la relación de espacios y su
estructura urbana, tal como hoy se conserva, son elocuente testimonio de excepcional valor
para la historia social, política y artística en México.
Es así como Coyoacán narra su historia mediante los inmuebles del entorno urbano, con las Vírgenes guardianas de ese andar, que son parte de su totalidad.