Coyoacán, Ciudad de México.-Al pasar por Periférico más allá de Perisur y alzar la vista hacia la derecha, se ve el protuberante cerro de Zacatépetl. Este lugar guarda una Zona Arqueológica poco conocida.
Esto porque el acceso al público en general está prohibido. De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el sitio “cuenta con varias formas de protección que le fueron concedidas a través del tiempo. La primera fue otorgada por la propia naturaleza que, durante la erupción del Xitle, la lava rodeó al cerro sin que llegara a cubrir las evidencias ubicadas en su cima. Las otras fueron resultado de la implementación de instrumentos legales promovidos por diferentes actores. Todas integran un connubio que resguarda al sitio y que ahora vale la pena analizar”.
Se sabe que el cerro de Zacatépetl, que en lengua náhuatl significa “cerro de la hierba seca”, era una zona de caza ritual para el pueblo mexica.
El lugar, localizado al suroeste de la Cuenca de México, se asociaba en la época prehispánica a la deidad Tlaltecuhtli, “señor de la Tierra”, aunque también se le conocía al lugar como Ixillan Tonan, “vientre de nuestra Madre”.
En un texto de la Gaceta de la UNAM, se cita a Alfredo López Austin (IIA, UNAM), quien señaló que “los templos en Mesoamérica eran réplicas de los cerros sagrados. De ahí que el modelo del Templo Mayor de Tenochtitlan podría haber sido el Zacatépetl, que es el cerro donde fue concebido Huitzilopochtli“.
Misterioso y lleno de leyendas
Fue en en la década de 1930, el arqueólogo Pablo Martínez del Río identificó el Zacatépetl como el sitio donde se llevaba a cabo la cacería de cada veintena Quecholli.
Por su parte, el arqueólogo Eduardo Noguera hizo excavaciones limitadas. Se hicieron estudios que arrojaron el hallazgo de tres teocaltin o templos sagrados.
El primero de 6 metros de altura, el segundo de cinco y el tercero es un basamento más pequeño. El primero y el segundo se conectan por un camino de más de 100 metros de largo.
Este lugar fue de enorme importancia para los antiguos pobladores, por su altitud y fue preservado, sobreviviendo a las erupciones del volcán Xitle.
Su relevancia es tal, que algunos investigadores lo asocian con la leyenda de Coatlicue y Huitzilopochtli, siendo un lugar donde se hacia representaciones de cómo se preñó la deidad y tuvo al dios guerrero, que combatió a sus hermanos los Centzon Huitznáhuac, que reprocharon el embarazo de su madre.
Más tarde en los años 70, se hicieron más estudios para conocer los secretos que guarda este lugar, que en verdad es misterioso. En esos años, el investigador Jeffrey Parsons hizo un reconocimiento y elaboró un mapa detallado del sitio.
El lugar se ubica en la Alcaldía Coyoacán, Ciudad de México, dentro del polígono del Programa Parcial del Fraccionamiento Jardines del Pedregal de San Ángel, Ampliación Oriente. Está limitado en su mayor parte por la Calle Montaña, y una pequeña porción en el lado noroeste por el Boulevard Cataratas y aproximadamente 1.4 km. al noroeste de la Zona Arqueológica de Cuicuilco.