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Distinto y surreal, así fue un corto viaje por “Santocho”

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Distinto y surreal, así fue un corto viaje por “Santocho”
Distinto y surreal, así fue un corto viaje por "Santocho"

Coyoacán, Ciudad de México.-La colonia Santo Domingo, conocida de cariño como “Santocho”, y muy recientemente Saint Sunny, es sin duda un sitio surreal y mágico, en donde te puedes encontrar literalmente de todo.

De una visita al Centro de Coyoacán, con rumbo a la Tienda UNAM de Ciudad Universitaria, decidimos abordar un transporte que desde General Anaya, pasa por el Centro de Coyoacán y luego llega al Metro Universidad.

Literal, fuimos “ranchando”, desde la colonia Del Carmen, y otras más como Santa Catarina, Romero de Terreros, para luego apreciar, con buena música de fondo, un tramo de lo que es Santo Domingo.

Registramos una parte de lo que es la Avenida Anacahuita, repleta de todo: comercios de una inmensa variedad. Mercados como el de Copilco El Alto o Concentración Oaxaca, puestos ambulantes, autos chatarra, extraños o convencionales por doquier, en sus banquetas y laterales.

Sin duda una vía difícil de circular, porque corre a su tiempo, con mucha actividad comercial y humana, además de camaradería vecinal. Restaurantes, puestos de antojitos, algunos otros, alistándose para la noche, cuando se abre el apetito mexicano.

Esta Avenida inicia en eje 10 y acaba cuando se convierte en Ayojalpa, justo a espaldas que el Parque Ecológico Experimental, que se ubica entre esa vía y Delfín Madrigal.

Si bien, Avenida Anacahuita no estaría en un tour turístico por tener una belleza histórica, colonial o cultural, como el Centro de Coyoacán, merece una mirada especial y reconocimiento porque es hogar querido de muchas personas que día a día habitan o trabajan aquí.

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También de paso está decir, que no estaría de más una ayudadita de la autoridad, para apoyar en el embellecimiento de este lugar, darles mantenimiento a ciertas luminarias, despejar áreas públicas y marañas de cables eléctricos, entre otras cosas.

Pero igualmente se debe mencionar que Ancahuita es parte de un “Santocho” inmensamente diverso, con una historia no tan larga, pero sí popular, de mínimo tres generaciones, totalmente surreal.

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