Coyoacán, Ciudad de México. – Como ya es costumbre en México, cada 2 de febrero, Día de la Candelaria, los Niños Dios son protagonistas de una tradición, que incluye llevarlos a misa ese día y previamente, si lo necesitan, vestirse, repararse o “tunearse”, para que queden como “recién nacidos”. 

Un lugar muy concurrido para la causa de embellecer y vestir a estas figuras religiosas, es el popular Mercado de Bola, localizado en esta Alcaldía, en la Colonia Ajusco, al que la gente acude para enchular a su Niño Dios y así, el bebé construido usualmente de cerámica, o en algunos casos barro, esté impecable el día de la misa.

Herencia familiar

En muchas ocasiones, los Niños, que van desde miniaturas hasta tamaño real de recién nacido, son heredados de generación en generación en las familias, y tienen entre uno y decenas de años. Incluso hay casos en los que llegan o superan el siglo. Es por ello que al hacer estragos el tiempo, sufrir accidentes, o golpes, requieren ser resanados con resina, madera o pasta, para verse siempre lindos.

Dependiendo el daño que tenga, en el Mercado de la Bola cuesta entre 50 y 500 pesos, reparar a un Niño Jesús. Por otro lado, vestirlo o compararle ropa justo a su tamaño con diversos aditamentos, puede costar entre 100 y 600 pesos, de acuerdo a la calidad o cantidad de materiales que incluya el traje, que puede ser de bebé, de algún Santo, o existen casos (no muy del agrado de los Líderes Religiosos), como el del Niño Futbolista.

Tal como se ha forjado esta tradición, el primer año de un Niño Dios, este debe de vestirse de blanco, y estar acostado en algún pesebre o camita, al considerarse un bebé. El segundo año se viste con un ropón. Al tercer año se le pone un atavío según los gustos del feligrés y ya puede ir sentado en un trono, con corona o aditamentos como lo es un cetro.

Según los costureros o resanadores del Mercado, que comienzan a ejercer esta labor entre diciembre y el 2 de febrero, este año uno de los atuendos más pedidos es el del Niño de la Salud, posiblemente por causa de la pandemia. En cada puesto o local que se adapta cada temporada para esta encomienda, se arreglan o visten entre 70 y 100 Niños Dios cada año.

Una tradición tras otra tradición

El Día de la Candelaria en México consiste en asistir a una ceremonia religiosa del rito católico en donde los feligreses llevan al Niño Dios a bendecir y escuchar misa con su “nene”, el cual va acompañado de una velita y si es posible, de flores. Esta misa se hace en honor a Jesús, que como dicen las Sagradas Escrituras, a los 3 años entró por sí solo al templo, llamado por su fe.

También te puede interesar:La Candelaria, un pueblo vivo en Coyoacán

Al terminar la ceremonia y recibir agua bendita los Niños, los asistentes se dirigen a compartir en familia o con sus seres queridos un desayuno que incluye los tradicionales tamales de distintos sabores y para beber, atole. Generalmente estos alimentos son comprados o hechos por quienes, previamente, el 6 de enero, al cortar la rosca de Reyes, se encuentran con un muñequito en su trozo de pan, como dicta la tradición.